lunes, 16 de diciembre de 2013

Todo lo Bello me habla de Dios

La filosofía griega es apasionante. Siempre me ha impresionado cómo, en primer lugar, han influido en el pensamiento posterior, echando las bases para las dos grandes rutas que han emprendido los sistemas filosóficos que vinieron luego de ellos... Por un lado, Platón con su idealismo que marcó inmensamente incluso el pensamiento posterior de grandes mentes cristianas, como la de San Agustín. Y por el otro, el materialismo de Aristóteles, que también tuvo seguidores insignes entre los pensadores cristianos, con el gran Santo Tomás de Aquino... Sin duda, les debemos muchísimo a estos hombres... Desde Heráclito y Parménides, Platón y Aristóteles, Sócrates, y tantísimos otros... El culto a la inteligencia se debe principalmente a ellos...

Por supuesto, para un cristiano que está en busca de la Verdad, todo lo que hace elevar el pensamiento natural a las realidades trascendentes, se presenta siempre atractivo... Los filósofos iniciaron con su pensamiento una ciencia natural, llamada Metafísica ("Lo que está más allá de lo físico"), que busca el porqué de todo, las causas últimas de todo lo que existe... En esa ruta, los caminos propuestos y que estaban  a la mano, por habernos creado Dios capaces de acceder a su conocimiento a través de lo creado, fueron recorridos sin ningún temor. Era la empresa más elevada que podía ser considerada por quien quería buscar realmente la causa de la existencia de todo. La filosofía, así, llegó a desarrollar una "Teología natural", absolutamente lícita, llamada "Teodicea", que es un camino posibilitado por Dios mismo al haber dado las capacidades intelectuales a los hombres. En este camino hay una cierta revelación de Dios, pero el trabajo personal, el "gasto", lo hace el mismo hombre, tratando de elevarse a lo que está fuera de su alcance...

Ciertamente Dios está consciente de que este camino es un camino inacabado, imperfecto. Su Ser infinito y trascendente puede ser "atisbado" por la inteligencia humana, pero no podrá ser jamás abarcado en su totalidad, pues la mente del hombre podrá llegar sólo al umbral de su conocimiento. Lo grande de las tremendas mentes de los filósofos griegos es que tomaron este camino sin sentirse de ninguna manera intimidados por lo magnífico que resultaría aquello que estaban por descubrir... Las cinco vías de Aristóteles para probar la existencia del "Ser", en su momento, fue una paso inmensamente grande. Ciertamente hoy sabemos que son insuficientes, como lo hubiera sido cualquier otra vía para tratar de "agarrar" a Dios. Pero sí abrió la senda por la cual miles después de él empezaron a recorrer un camino hermoso de encuentro con Dios. Entre ellos se encontró Santo Tomás de Aquino, que "bautizó" esta teología filosófica o natural, esta Teodicea...

Estos filósofos griegos recorrieron el camino, repito, sin intimidación. Y entre las cualidades que descubrieron en Dios, según ese desarrollo natural de su pensamiento, estuvo: "Dios es Uno, Bueno, Verdadero y Bello". Eran consecuencias lógicas que debía tener ese Ser superior, trascendente, elevado, razón última de la existencia de todo... Sin duda alguna, es necesario tener un pensamiento profundo para poder llegar a estas conclusiones...

Quisiera fijarme, fundamentalmente, en la cualidad más atractiva a la vista de los hombres que descubrieron estos filósofos: Dios es Bello... La belleza es una de las cualidades naturales de Dios, pues en Él todo apunta a la perfección. La belleza, es por definición, perfección. Y en todo lo que podamos descubrir de bello y perfecto en la creación, podremos ver, sin duda alguna, un reflejo de Dios. Fue la belleza de lo creado, las manifestaciones perfectas de todo lo que existe, los espectáculos maravillosos que se presentaban en la creación, lo que hizo que las mentes de los hombres antiguos y nuevos, sintieran una especial comunión con Dios. Si existen tantas cosas bellas en la creación, debe existir algo mucho más bello que está por encima, que lo haya creado... Hay algo que debe ser la causa de la belleza, y su belleza, lógicamente, debe ser superior...

¿Cómo no sentirse arrobado ante el espectáculo hermoso de un atardecer rojizo, o de un amanecer maravilloso? ¿Cómo no elevarse ante las sublimes notas de una música que acaricia el viento con sus notas melodiosas? ¿Cómo no arrobarse ante la belleza de un recién nacido en el que todo es perfección en escala mínima? Todo nos habla de la perfección y de la belleza de Dios. Con razón los grandes filósofos griegos no tuvieron otra opción que aceptar, sólo por la intuición de su inteligencia, la existencia de un Ser que fuera la suma de todas las perfecciones y de toda la belleza... Es imposible para un  espíritu sensible no rendirse ante tantas evidencias...

La belleza de Dios es el mejor camino para llegar a Él. Su reflejo en la belleza de todo lo creado es uno de los caminos más seguros que tenemos para percibirlo, para sentirnos en Él, para entrar en plena sintonía con su amor... Por eso, la visión de Balaán se basó en la contemplación de las bellezas de las tiendas de Jacob y de las moradas de Israel, en las cuales se reflejaba a Dios. Israel salía al encuentro de Dios apoyándose en la belleza de sus construcciones, de sus tiendas y moradas. Allí estaba Dios...

La estética es el camino más seguro para llegar a Dios. Es la ciencia por la cual descubrimos la belleza de Dios a través de la belleza de las cosas creadas. No perdamos este instrumento que pone nuestra misma mente, y nuestro mismísimo Dios para llegar a Él y contemplarlo radiante en nuestras vidas...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario