sábado, 19 de diciembre de 2020

Venimos del amor para dar testimonio del amor

 No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te  dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan – Arquidiócesis de Tijuana

Dios nos ha elegido desde que nos creó. Nos ha creado en el uso de su infinita libertad, la que le da sobre todo el amor que es esencial en Él, y por el que realiza absolutamente todas sus acciones. Nunca actúa Dios fuera del ámbito de su amor, pues su esencia es el amor. Hacerlo, sería la negación de sí mismo. Quien es el amor, actúa siempre desde el amor que es. Por ello, cuando Dios creó al hombre simultáneamente lo estaba eligiendo para ser suyo, para ser su criatura predilecta, para procurarle toda clase de bienes, para hacerlo caminar por las sendas de su voluntad que deberá asumir con libertad, para que aprecie por su propia experiencia esa bondad natural del Padre Creador. Por lo tanto, es una elección que se hace no solo en orden a conceder beneficios, sino que de alguna manera también en la misma elección va la asunción de los compromisos por parte del hombre de todo lo que conlleva el haber sido elegido. Dios espera del elegido el reconocimiento sobre cuál es su origen, la confesión satisfactoria de la conciencia de venir de un amor infinito y todopoderoso, el papel que debe cumplir en toda esta historia de amor, la procura de ser fiel al amor en el camino de la propia historia de vida, el cumplir con gozo las exigencias de vivir en el amor, la procura del bienestar para sí mismo sacando provecho de la infinidad de cualidades con las que lo ha enriquecido, el asumir que esas bondades solo tendrán sentido si con el mismo o quizás mayor esfuerzo, las procura para los demás hermanos, y el logro de un mundo mucho mejor en el que se haga presente la paz y la felicidad que el Creador quiere para todos. Ser elegido, por lo tanto debe hacer sentir a todo hombre el gozo de saberse amado, pero a la vez, debe hacer sentir el compromiso de no fallar a ese Dios fiel.

Todos somos elegidos. En las Sagradas Escrituras nos encontramos innumerables ejemplos de personajes que, habiendo sido elegidos como todos desde la llamada a la vida, son especialmente llamados por el Señor para cumplir tareas extraordinarias. Demuestra el Señor de nuevo, así, su profundo amor por el hombre y la reverencia con la que respeta la libertad que le ha concedido. Y para demostrar que está dispuesto a demostrarlo de la manera que Él considera más didáctica, en ocasiones recurre a lo maravilloso. Cuando los israelitas son asediados por los filisteos, no hace lo que podría ser lo más normal. Él es Dios, el Todopoderoso, sobre quien descansa toda la historia, y por ello puede usar el método más sencillo, demostrando la inmensidad de su poder. Pero se ha fijado en la oración de una pobre mujer estéril, la casi negación de la mujer, despreciada naturalmente por una sociedad naturalmente machista en la que la mujer era casi nadie, pero en la que además la que era estéril pasada a ser nada, Se mezclan entonces dos razones de peso: La necesidad de hacer entender a todos de quién es el poder y la victoria, por un lado, y la de demostrar que el Señor está y estará siempre del lado de los atribulados, de los que sufren, de los humildes que se abandonan en sus manos, como esa mujer que oraba incesantemente para que esa afrenta fuera borrada de su vida: "Ha venido a verme un hombre de Dios. Su semblante era como el semblante de un ángel de Dios, muy terrible. No le pregunté de dónde era, ni me dio a conocer su nombre. Me dijo: 'He aquí que concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino o licor, y no comas nada impuro; porque el niño será nazir de Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte'. La mujer dio a luz un hijo, al que puso de nombre Sansón. El niño creció, y el Señor lo bendijo. El espíritu del Señor comenzó a agitarlo". Ella era la elegida para la entrada al mundo del gran Sansón, vencedor de los filisteos, y con ello quedaba borrada la humillación por la falta de maternidad. Y Sansón era el elegido para ser el brazo terrible y escarmentador del Dios de Israel.

Y cuando viene Jesús, que se acerca al mundo a hacer nuevas todas cosas, los hechos con los que se van rodeando los acontecimientos van tomando el mismo cariz. Los esposos Zacarías e Isabel, ya ancianos, no habían podido tener hijos. Isabel, como toda israelita, motivada por ese esperanza mesiánica de la venida del Salvador, incluso en la muy lejana posibilidad de llegar a ser la Madre del Redentor, añoraba que la mancha de su dolor y su sufrimiento fuera borrada por el amor. Hombre y mujer de fe, no cesaban de orar al Señor, y mantenían su fidelidad por encima de todo, sin aspavientos ni dudas. Su cercanía al Señor era total. Su naturaleza era buena. No cesaban de agradecer a Dios todos sus beneficios, y se destacaban incluso por la cercanía con todos, quienes demuestran mucho cariño por esta pareja de ancianos ejemplares de la comunidad. Y también a ellos el Señor les concede lo que su fe imploraba. Dios es un Dios tierno que nunca dejará de responder con delicadeza a lo que el hombre necesita. Puede ser que se perciba que haya algo de tardanza en esa respuesta, pero no es así. Los tiempos de Dios son perfectos y nadie mejor que Él conoce mejor cuándo y cómo nos colmará de los beneficios que le pedimos. No se le pueden dar plazos al amor: "No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, 'para convertir los corazones de los padres hacia los hijos' y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto". Es Juan Bautista, el gran elegido del principio del Evangelio, el último de los Profetas y el primero de los Apóstoles, quien tendrá la tarea sublime de anunciar la llegada del Mesías, invitando a todos a abrir sus corazones para que entre quien trae al amor en persona: "Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses, diciendo: 'Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mí para quitar mi oprobio ante la gente'". Así actúa Dios desde su esencia amorosa. Elige a todos los hombres para hacerlos objetos de su amor, fija su mirada sobre las necesidades que tiene el pueblo, no se queda simplemente como espectador ante ellas, elige a personajes concretos mediante los cuales demostrará también su poder. Y va más allá, pues su fuente de beneficios es inagotable: Se acerca con amor al que más sufre para hacerle sentir su consuelo, se compadece de ellos y busca hacerles sentir su favor, pero sobre todo, les acerca la ternura de un Dios que ama infinitamente a sus criaturas, especialmente a las que más están necesitadas de su amor. Nuestra experiencia debemos intentar vivirla en esa manera. También cada uno de nosotros ha sido elegido por el amor y lanzado al mundo para ser testimonio de esa elección y de ese amor. También nosotros experimentamos la recepción de todos los beneficios con los cuales somos bendecidos. También somos receptores de un amor de cuya magnitud no tenemos conciencia. Pero en lo más íntimo de nuestro corazón estamos convencidos de que esa será siempre la forma de actuación del Dios que nos ama con amor eterno e infinito. Precisamente porque nos ama.

4 comentarios:

  1. Padre Nuestro, danos tu gracia para que sepamos ser dóciles y aceptémos gustosos lo que hoy quieras pedirnos, ayúdanos a confiar plenamente en las inspiraciónes del Espíritu Santo☺️

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  2. Que hermoso el amor de Dios 💓 que nos ama a pesar de nuestras debilidades, Señor aumenta nuestra FE, ESPERANZA Y Amén

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  3. Todos somos elegidos, el Señor sigue entrando hoy en nuestra historia para sanar nuestras esterilidades, sólo hace falta que lo dejemos entrar.

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  4. Todos somos elegidos, el Señor sigue entrando hoy en nuestra historia para sanar nuestras esterilidades, sólo hace falta que lo dejemos entrar.

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