martes, 29 de abril de 2014

¿Comunismo o Capitalismo...? ¡Amor Cristiano!

Definitivamente, la mala política lo contamina todo. Manipulando la Verdad busca justificar muchas de sus maldades y sus trampas. La Sagrada Escritura, cuando no es leída desde la fe, es susceptible de ser pretendidamente colocada a favor de una u otra línea de pensamiento, incluso totalmente opuestas, como la "derecha" o la "izquierda" radicales políticas. Y las manipulaciones son a veces tan "delicadamente hechas" que pueden llegar a convencer a muchísimos incautos... Se llega incluso al extremo de "canonizar" a quien ha logrado "comprender" en su justa medida lo que quiso decir Dios en algún momento, en esas pretendidas manipulaciones...

Tengo grabado en mi recuerdo un episodio que habla clarísimamente de esto que estoy diciendo. Un Presidente leyó en una transmisión en vivo de una intervención suya el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que habla sobre la puesta en común de los bienes en la primera comunidad cristiana: "Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles". Al finalizar, a un Obispo que estaba presente, este presidente le dirigió la palabra en estos términos, o muy parecidos: "Monseñor, esto es Comunismo. El más puro comunismo. Los cristianos deben ser comunistas porque esta es la descripción de la perfecta comunidad cristiana..." Las pobres Sagradas Escrituras quedaron bautizadas como "comunistas". La verdad es que no hay rubor en el uso manipulado de la Palabra de Dios, cuando se pretende siempre colocarla a favor de las propias ideas políticas. Evidentemente, es una demostración de la profunda debilidad y carencia que tienen esas ideas, pues es necesario llegar a recurrir a la manipulación absurda para poder conseguir un sustento que por otra vía no se tiene...

Si ese es el sustento, también se podrían conseguir sustentos "válidos" para el capitalismo...: Jesús llegó a alabar la conducta del Administrador infiel que recurrió a una trampa para no perder sus bienes. También alabó a los que lograron multiplicar sus talentos a quienes se les premió con mayores riquezas, reinos y tierras. Fue gran amigo de conocidos ricos de la época: Zaqueo, José de Arimatea, Nicodemo, Simón el Leproso... En el grupo de los apóstoles habían personajes con muchos bienes: Juan y Santiago y Pedro y Andrés tenían barcas de pesca, es decir, eran lo que conocemos hoy como "empresarios"; Mateo era Publicano, y los publicanos eran gente de poder económico ... Si se quisiera condenar el comunismo y exaltar al capitalismo, ahí tenemos pruebas contundentes de que Jesús era muy cercano también a esa línea de pensamiento y de conducta... Pero no seríamos más que unos burdos manipuladores... No es lícito usar las Escrituras para eso...

Lo que es lícito es usarlas para demostrar el amor con el que todos, ricos y pobres, vivían en relación a su reporte con Dios y con los hermanos. La alabanza a José Bernabé es porque colocó sus bienes en favor de la comunidad, para que los más necesitados resolvieran su postración. El poner todo en común no era un gesto de dádiva altruista simplemente, sino un gesto de caridad, de amor, que surgía del amor a Dios. Es el cumplimiento perfecto de lo que dijo San Juan: "Quien dice que ama a Dios a quien no ve, pero no ama a su hermano a quien ve, está mintiendo..." Las dádivas, en todo caso, no eran de cosas que no eran propias, sino de las que dolían más, pues eran bienes de su propiedad... Recuerdo perfectamente las palabras de la Beata Madre Teresa de Calcuta: "A mí no me interesa que me den lo que les sobra. Eso es justicia. Me interesa que me den lo que les duele. ¡Eso es caridad!" ¡Cuántos pretenden ser "buenos" dando de lo que no es suyo, pero guardándose para sí la parte más sustanciosa de la dádiva! ¡Qué fácil es ser "caritativo" con lo que no es de uno y sacándole provecho! Se burlan de los pobres a quienes utilizan dando una imagen de bondad y de solidaridad con ellos, ayudándolos con el 10%, pero quedándose con el 90% para engordar los propios bolsillos... De esa historia podríamos escribir enciclopedias...

Lo verdaderamente importante es el lugar en el que está Dios en todo esto. Si lo colocamos sólo como una simple bandera de la que echo mano cuando me conviene, manipulando si es necesario su mensaje, su palabra y su actuación, para apoyar mis acciones, sabiendo que lo que hago es malo, estoy cayendo en lo más rastrero de la fe. No soy más que uno de esos fariseos a los que Jesús echó en cara que eran "hipócritas", "víboras", "sepulcros blanqueados"... Por el contrario, si Dios es mi norma última, si Él está dándole forma con su palabra y su obra a todo lo que digo y hago, si me motiva el amor que le tengo y que debo demostrar en el amor a mis hermanos, entonces estoy en el camino correcto. Es lo que le dijo Jesús a Nicodemo en ese encuentro en la intimidad de corazón que tuvo con él: "Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna". El Hijo del hombre, Jesús, elevado en la Cruz, signo del amor de entrega total y sin ocultamientos interesados, es el símbolo de la donación de sí mismo para todo cristiano. Es en el amor donde se encuentra toda la justificación de la vida comunitaria. Es allí donde está el sentido de ponerlo todo en común. No es sólo altruismo ni interés personal. Es verdadero amor, que lanza a hacer lo que sea para lograr la felicidad y el bienestar de los hermanos...

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