domingo, 18 de mayo de 2014

¡Qué absurdo es construir sin Cristo!

Cristo es la piedra angular que no puede ser desechada por los constructores. No sólo es necesario para construir el edificio de la fe, sino para construir la vida entera. Existe una equivocación generalizada de que Cristo influye sólo en la vida de los que creen. Si así fuera, su salvación no estaría destinada a todos los hombres. Su presencia da forma y esencia a la vida entera, por cuanto, por un lado, es la salvación que se vivirá en la eternidad al aceptarlo, y por el otro, es la suma de las virtudes humanas y cristianas que deben vivirse en lo cotidiano. Colocar a Jesús como fundamento de la propia vida asegura la presencia de las virtudes, de los valores y de los principios que rigen la vida cotidiana. Con Él, es natural vivir el amor, la justicia, la paz, la fraternidad, la solidaridad, la caridad, la armonía. Con Él se avanza en proyectos comunes que animan a la búsqueda del mayor bien para todos. Su llamada al amor excluye el individualismo, el egoísmo, la búsqueda de intereses particulares, la violencia, la exclusión, el odio, la esclavitud, la explotación de los más humildes... No es falso que muchos de estos valores pueden ser vividos sin la presencia de Cristo, pues son las "semillas del Verbo" de las que hablaba San Agustín, que están presentes en todos los hombres de buena voluntad. Sería, por lo tanto, injusto, que se atribuyan estas bondades sólo a los cristianos. Pero también es cierto que la solidez de su vivencia sólo se da teniendo a Jesús como fundamento de ellas. Sin esa presencia de Jesús como piedra angular, cualquier desavenencia, cualquier desengaño, cualquier oposición, inmediatamente pondrían en peligro el proyecto de solidaridad...

Jesús es la piedra angular que no puede faltar en la edificación de la ciudad de Dios en el mundo. Él asegura la solidez y la firmeza de las bases, la ilusión por seguir adelante en el proyecto de la fraternidad universal, la existencia de un núcleo que conglomere todos los intereses, la presencia del amor que motiva por encima de cualquier otra realidad que pueda motorizar la vida social... Él es quien llama con toda naturalidad al amor por encima de las diferencias, e incluso por encima del odio, que llama al perdón de quien ha ofendido gravemente, a la devolución del mal con bien, pues es lo que abunda en el corazón de quien se deja vencer por su amor... Su Persona, su Palabra, su Mensaje, su Obra, adquiere sentido sólo en la medida en que se acoge como norma primera, dejando a un lado la propia persona, los propios argumentos, los propios intereses, los propios estados de ánimo. Lo que importa es el amor, que trae consigo lo mejor para cada uno de los hombres... Por eso, la construcción del mundo nuevo que pretende Jesús al haber realizado la Redención del hombre y del mundo, se dará exclusivamente sólo si Él mismo está presente como piedra angular, en el corazón, en la idea, en la mente, en los esfuerzos, de cada constructor de ese mundo nuevo...

Jesús, para todos los hombres, lo es todo... Es Piedra Angular, es Camino, es Verdad, es Vida. Es Oración, es Palabra, es Caridad. Necesitamos que lo sea de verdad para que el mundo vaya mejor. No es posible descartar un solo aspecto de Jesús sin que se resienta toda la obra que los cristianos debemos poner delante del mundo. La queja de los griegos ante los apóstoles sobre la atención de la viudas es resuelta sabiamente por éstos eligiendo a siete santos varones de entre ellos, porque "no nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración... Nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra". Acá están presentes los tres aspectos que es necesario cubrir en la obra de testimonio ante el mundo: Oración, Predicación y Caridad. No se trata, por tanto, de una espiritualización de la misión de los cristianos, sino de asumirla en todas las dimensiones necesarias. La intimidad con Dios en la Oración, el alimento de la Palabra de Dios para sí mismos y para los demás, la acción de Caridad en favor de los necesitados, es la obra que deben cumplir los cristianos ante el mundo, y que hará bien a todos, sin dejar a nadie fuera. Llenarse de Dios para llevarlo a los demás, dando a conocer a todos su mensaje de amor y sus obras, y haciéndose reflejo concreto de su amor a través de las obras de caridad en favor de los más necesitados llena todo lo que los cristianos deben hacer ante el mundo. Cada uno tiene una misión y al cumplir con ella, están contribuyendo a que cada hombre del universo entienda que debe construir el edificio de su fe con Jesús como Piedra Angular insoslayable...

Esta es la conciencia que debe tener cada miembro de la Iglesia, cada cristiano. Su presencia en el mundo no debe simplemente pasar sin más. Es necesario que entienda que debe dejar huella. Una huella en la que se concluya perfectamente que vive la salvación que Jesús trajo y que ha entendido además que debe consolidarla haciendo que sea salvación de todos... Para eso ha sido salvado y elegido por el mismo Dios para ser testigo de la salvación: "Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que los llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa". Eso es colocar a Jesús como la Piedra Angular. No hay otra manera. Es necesario hacerle entender al mundo y a cada hombre y mujer de la historia, que Jesús no es desechable. Que es la base más importante de todas para poder ser sólidos. Que sin Él todo se viene abajo y será siempre inestable. Que la firmeza la da vivir en Él y hacerlo siempre el centro, el fundamento, la meta de la vida. Que Él sea, real y definitivamente, el Camino, la Verdad y la Vida...

2 comentarios:

  1. Como siempre, muchas gracias por tu reflexion. Estoy de acuerdo con lo que dices, pero me he dado cuenta desde que me fui de Venezuela, donde el Catolisismo casi forma parte del pueblo, aun cuando se viva con mas o menos intensidad, que en otros lugares del mundo, especialmente donde vivo ahora, Los Estados Unidos, (supuestamente , el pais mas desarrollado del mundo), existen una cantidad de dioses que no tienen nada que ver con Jesucristo. Pareciera que primero es el dinero, el confort, el sexo, es decir, el materialismo (mientras mas dinero y mas cosas tengo, soy mejor persona y muy reconocido por la sociedad en general, porque soy un triunfador). A veces me pregunto, como se come toda esa verdad de la que hablas con la cual estoy completamente de acuerdo y que trato de vivirla, a pesar de lo dificil del ambiente que me rodea.

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    1. Así es Carlucho... La mentalidad es más tendiente al protestantismo, que identifica el bienestar con la bendición de Dios. No son inmediatamente identificables... La idolatría de lo material es una tentación continua de los hombres. No actual, sino muy antigua. Precisamente contra eso fue la predicación de Jesús. Lo que hay que hacer es creerle a Él y dejarse llevar por sus criterios. No nos puede engañar quien nos ama tanto... Y ser testimonio de esto para que otros crean. Eso te cimienta mejor a ti y los llama a ellos al amor de Dios... Saludos a Raquel y las niñas. Dios te bendiga

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