martes, 9 de febrero de 2021

La única y auténtica tradición es la del amor

 Resultado de imagen para Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición

El primer relato de la creación que aparece en el libro del Génesis nos deja muy claro quién es el origen de todo. En nuestros tiempos este relato es considerado cada vez más alejado de la realidad. La teoría creacionista, que es la que desarrolla el Génesis, es negado por los caminos que ha avanzado la ciencia, que concluye que la existencia del universo es un acontecimiento fortuito que nada tendría que ver con actuaciones de fuerzas superiores que lo hubieran empujado a existir. El camino de la ciencia es un camino muy distinto al de la Revelación. Pero con todo y ser distinto no podemos de ninguna manera concluir que son caminos contradictorios que no puedan llegar a complementarse. Debemos reconocer que es muy poco probable que las cosas hayan sucedido estrictamente como lo relata el autor sagrado. Lo que él intenta hacer es un relato poético de lo que pudo irse dando en la mente divina a medida que iba haciendo venir a la existencia todo lo creado. Su finalidad es principalmente dejar claro que el origen de todo está en el poder y en el amor divinos, y que todo confluye hacia el gran actor final, el hombre, hecho a "imagen y semejanza" del Creador, sobre el cual derrama toda su complacencia, como lo afirmó refiriéndose a Jesús en su Bautismo, y en el cual estaba representado cada hombre de la historia. Nada existe si no es referido al hombre. Dios "vio que todo era muy bueno", solo cuando ya estaba el hombre en medio. Antes de la existencia del hombre todo era simplemente "bueno". A partir del sexto día, cuando aparece el hombre sobre el mundo, es "muy bueno". Aparece un superlativo que da la perspectiva de la voluntad divina creadora. Todo es para ponerlo en las manos del hombre, la única criatura a la cual Dios ama por sí misma. A todas las demás criaturas Dios las ama en cuanto sirven al hombre.

No hay, por tanto, contradicción entre la ciencia y la revelación. Puede haber una complementación en la que destacaría el amor, el poder y la sabiduría divinos, que fue ordenando todo lo que iba viniendo a la existencia, de modo que todo apuntara a favorecer al hombre, la razón última de toda la existencia. La existencia espiritual, tal como lo afirmó San Juan Pablo II, no tiene un origen distinto que el de todo lo que existe. El alma humana surge de las manos amorosas del Dios Creador: "Dijo Dios: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra'. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó. Dios los bendijo; y les dijo Dios: 'Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra'. Y dijo Dios: 'Miren, les entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la superficie de la tierra y todos los árboles frutales que engendran semilla: les servirán de alimento. Y la hierba verde servirá de alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra y a todo ser que respira'. Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno". El universo surge, finalmente, como el deseo expreso de Dios para colmar a su criatura amada de todos los beneficios posibles, en un desarrollo de la vida en la que el hombre debe dar muestras de la valoración que hace de todas esas dádivas, de modo que se haga acreedor de todas ellas para toda la eternidad, en una vida que pone en las manos de su Creador, consciente de que en la unión con Él está todo el sentido de su vida, y que lejos de Él solo encontrará nulidad y oscuridad que lo sumirán en la nada absoluta.

Por eso insiste Jesús en que la verdadera y única tradición que tiene sentido, por encima de todas las normas mosaicas, que tenían todo su sentido, por lo cual no las anula totalmente, es la tradición de la unión con Dios, del reconocimiento de ser de Él, de que todo lo que se tiene viene de sus manos amorosas. La tradición que debe mover al hombre, finalmente, es la del amor. Amor al Creador, en el reconocimiento de que la propia existencia se le debe a Él y a más nadie, y de que todos los beneficios lo tienen a Él como única fuente, y que por ello la única manera de mantenerse en el camino de esa plenitud final que ha sido prometida es manteniéndose en una unión vital con Él, obedeciendo a su voluntad, recibiendo con corazón bien dispuesto todo su amor, y respondiendo con agradecimiento e ilusión amándolo eternamente. Y además, viviendo todos en el amor de una fraternidad que es deseada por el mismo Dios, pues su sentencia original fue: "No es bueno que el hombre esté solo". Por eso, quien quiere llegar a alcanzar esa meta de la plenitud final e interminable, debe vivir su vida en esa unión constructiva y honesta con Dios, y en la fraternidad y solidaridad humanas que nos confirma en el ser todos hijos del mismo Padre: "Él les contestó: 'Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, como está escrito: 'Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos'. Dejan a un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a la tradición de los hombres'". La verdadera tradición es la del amor. Nada hay por encima de ello. Y es eso lo que nos vino a enseñar Jesús con su obra de amor y de rescate.

5 comentarios:

  1. El amor a Dios se comparte en la homilía cuando los sacerdotes aclaman: "Por Cristo, con él y en él, a ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos, amén 🙏."

    Es un despertar del entendimiento y la conexión con el amor a Dios, de nuestra parte, porque como dice el Apóstol San Pablo: "Dios es Amor".

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  2. Amado Señor, ayúdanos en nuestra incredulidad para que sepamos abrir no sólo nuestra mente sino nuestro corazón para escuchar lo que nos quieres decir☺️

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  3. "Desear amar, ya es amar" S.A.
    Señor, deseo amarte y deseo que mi vida sea coherente con ese amor... Amén 🙏🛐❤️

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  4. Durante la creación, Dios dijo no es bueno que el hombre esté solo, debe vivir su vida en una unión de confraternidad con Dios y solidaridad humana que nos confirme, el ser todos hijos de un mismo padre,donde lo esencial es el amor a Dios y al hermano.

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  5. Durante la creación, Dios dijo no es bueno que el hombre esté solo, debe vivir su vida en una unión de confraternidad con Dios y solidaridad humana que nos confirme, el ser todos hijos de un mismo padre,donde lo esencial es el amor a Dios y al hermano.

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