jueves, 13 de mayo de 2021

El apóstol es feliz haciendo lo que Dios espera de él

 Oración del jueves: “Vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se  convertirá en alegría” - MVC

Luego de su conversión, San Pablo se convierte en apóstol incansable de Jesús en tierras de paganos. Si echamos la mirada a la obra que este realiza a partir de su envío por el Señor a dar a conocer su nombre y su amor a todos los hombres, impresiona ver la cantidad de kilómetros que recorre y el número de conversiones que, siendo instrumento del Espíritu Santo que lo ha poseído totalmente, logra con su testimonio de palabra y de obra. San Pablo vive para Jesús, y el Señor se convierte en su razón de vida. Ya no tiene otro interés sino solo el de dar a conocer la obra de rescate que emprendió el Padre por mediación de su Hijo, enviado para lograr una victoria contundente sobre la esclavitud que azotaba al hombre creado para ser libre. "Para mí la vida es Cristo" ... "Vivo yo, pero ya no soy yo. Es Cristo quien vive en mí". Pablo había puesto su vida entera en manos del Señor, y había entendido así, que solo podía vivir para Él, y que lejos de Él tendría solo oscuridad y tristeza. Era una convicción vital. Cuando se asume la vida de la fe con tal radicalidad, no existen otras opciones. Ser fieles al Señor y a los hermanos, asumiendo la vida del amor que enriquece más que cualquiera de los más grandes tesoros humanos, y que lanza por ese amor al rescate de la humanidad por la que se entregó el Señor, se convierte en razón de vida. Solo entendiendo el abandono en las manos de Dios que radicalmente asume San Pablo, se puede comprender cómo pudo llegar a tales empresas. Tenía la fuerza de su propia convicción de fe, pero por encima de ello, tenía también la certeza de ser de Dios y de contar con su fuerza que lo acompañaba, lo iluminaba, lo fortalecía y lo llenaba de la ilusión de llegar a cada vez más hermanos para procurar su salvación. Por eso su propia vida pasaba a un segundo plano, pues en el primero estaba Jesús y su amor, y la búsqueda de la salvación de los hermanos.

El Espíritu, en efecto, era el que marcaba las pautas de su vida. Arrancado de su vida cotidiana, fue siendo conducido por su fuerza a los parajes menos pensados, corriendo toda clase de suertes. No era él el que decidía. Decidía el Señor. Y él, en uso de su libertad absoluta, dejó su voluntad en las manos de quien lo había elegido, sintiéndose con ello aún más libre, pues alcanzaba la altura más grande, ya que era libre en el Señor. Y por eso, conducido por las inspiraciones del Espíritu de Dios, encontraba la mejor manera de vivir y de ser apóstol. Nos falta a nosotros esa disponibilidad, y comprender que la verdadera libertad no está en solo tomar decisiones que nos favorezcan exteriormente, sin influencias, sino el poner nuestra vida en las manos de Dios para que nos conduzca por los caminos que verdaderamente nos dan la plenitud y la auténtica felicidad: "Pablo dejó Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un tal Áquila, judío natural del Ponto, y a su mujer, Priscila; habían llegado hacía poco de Italia, porque Claudio había decretado que todos los judíos abandonasen Roma. Se juntó con ellos y, como ejercía el mismo oficio, se quedó a vivir y trabajar en su casa; eran tejedores de lona para tiendas de campaña. Todos los sábados discutía en la sinagoga, esforzándose por convencer a judíos y griegos. Cuando Silas y Timoteo bajaron de Macedonia, Pablo se dedicó enteramente a predicar, dando testimonio ante los judíos de que Jesús es el Mesías. Como ellos se oponían y respondían con blasfemias, Pablo sacudió sus vestidos y les dijo: 'La sangre de ustedes recaiga sobre su cabeza. Yo soy inocente y desde ahora me voy con los gentiles'. Se marchó de allí y se fue a casa de un cierto Ticio Justo, que adoraba a Dios y cuya casa estaba al lado de la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; también otros muchos corintios, al escuchar a Pablo, creían y se bautizaban". El Espíritu iba conduciendo a Pablo para que cumpliera con su tarea, para la cual había sido elegido, que era la de llevar la salvación a los hombres que no pertenecían al pueblo hebreo.

Se cumplía así su añoranza más profunda: "Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios quien me amó y se entregó a sí mismo por mí". San Pablo tenía plena conciencia de pertenecer a Jesús, y por eso no duda un segundo en entregar su vida para que sea totalmente suya. Así entendía que estaba siempre en Él, y vivía la alegría de esa presencia continua del Señor, que ya no se ocultaba a su vista: "Dijo Jesús a sus discípulos: 'Dentro de poco ya no me verán, pero dentro de otro poco me volverán a ver'. Comentaron entonces algunos discípulos: '¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me verán, pero dentro de otro poco me volverán a ver”, y eso de “me voy al Padre”?' Y se preguntaban: '¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice'. Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: '¿Están discutiendo de eso que les he dicho: “Dentro de poco ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver”? En verdad, en verdad les digo: ustedes llorarán y se lamentarán, mientras el mundo estará alegre; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría". En sentido estricto, el "dentro de un poco no me verán", se refiere a su muerte y al ocultamiento en el sepulcro, y el "dentro de otro poco me volverán a ver" se refiere a la resurrección gloriosa. Pero en sentido amplio, se refiere a la alegría que produce esa presencia asegurada por el mismo Jesús en esa comunidad que estaba naciendo con el envío a la misión y con la presencia del Espíritu Santo en ella: "Yo estaré con ustedes hasta el fin del tiempo". Es la alegría de saber que la misión que se ha emprendido no es una iniciativa personal, sino que se ha asumido como lo que es: encomienda directa del Dios del amor que quiere salvar a todos los hombres y que para ello cuenta con los enviados. Y es eso lo que puede producir la mayor alegría del apóstol: Saber que Jesús cuenta con él y que él se pone con la mayor disponibilidad en sus manos.

5 comentarios:

  1. Jesús Nuestro, tu sabes que hay tanta tristeza en nuestros corazones, aumenta nuestra esperanza para que confiemos en ti y nada nos separe de tu Amor☺️

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  2. Que linda forma de hablar un hombre tan recio como el Apóstol San Pablo. Gracias a EL conocemos al Señor porque les llevó la Palabra a los gentiles y de qué manera. Dame la Fe de San Pablo Señor, o un poquito de ella, para encender mi corazón de tu amor, y que se me atore tanto que no deje de anunciarte a los demás. Amen amen y amen

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  3. El espíritu iba conduciendo al apóstol Pablo en su tarea q era conducir a los hombres a la salvación eterna, esta vez a los que no pertenecían al pueblo hebreo.

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  4. El espíritu iba conduciendo al apóstol Pablo en su tarea q era conducir a los hombres a la salvación eterna, esta vez a los que no pertenecían al pueblo hebreo.

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  5. El espíritu iba conduciendo al apóstol Pablo en su tarea q era conducir a los hombres a la salvación eterna, esta vez a los que no pertenecían al pueblo hebreo.

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