sábado, 30 de enero de 2021

La fe sustenta nuestra esperanza y nos hace esperar siempre lo mejor

 Parroquia de la Asunción de Ntra. Sra. Albaida - UNA FE EN PAÑALES Escrito  en 28 Enero 2017. Evangelio según san Marcos (4,35-41) Aquel día, al  atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «

El autor de la Carta a los Hebreos da una definición clara de lo que es la fe: "La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve". Tiene que ver con las cosas intangibles, de las cuales no se puede esperar comprobación científica, de laboratorio. Quien quiere sustentar una realidad de fe en realidades tangibles está equivocando el camino y solo recibirá frustraciones. Los hombres de todos los tiempos están acostumbrados a recibir pruebas tangibles de lo que les circunda, llegando a confundir la verdad de la fe con la verdad de la ciencia. Los positivistas, que son aquellos que fundan sus certezas solo en lo que pueden comprobar científicamente, terminan indefectiblemente en un ateísmo teórico pues no hay realidades materiales que puedan confirmar y ni siquiera refutar lo que desean. La mente científica es una mente que se mueve en las seguridades. La mente espiritual se mueve más bien en el campo de las certezas. La prueba científica da la solidez de la seguridad. La prueba de fe da la solidez de la certeza. Se basa sobre todo en la humildad de reconocer que la mente humana no tiene la capacidad de entrar en las verdades intangibles, que sí existen, como lo haría un científico en su tabla de trabajo o de experimentación. La seguridad científica da la solidez de lo tangible. La certeza de fe da la solidez de aquello que escapa a lo tangible, pero que tiene como aval a Aquel en quien se confía radicalmente y que ha dado muestras suficientes de que toda la realidad está en sus manos, incluso aquella en la que no se tiene ninguna seguridad, sino solo la certeza del amor. El hombre que se queda solo en lo tangible perderá su sustento cuando se percate de que todo aquello que existe y que conoce perfectamente será un hoyo sin fondo que dejará de existir totalmente cuando quede solo el Reino implantado por el amor del Redentor, que será la única realidad existente en el futuro de plenitud.

Todos los personajes que vivieron de la fe en el Dios del amor que los convocaba y los elegía para que fueran suyos, instrumentos del amor para hacerlo llegar a su pueblo, demostrando siempre su preferencia por ese pueblo elegido, haciéndoles disfrutar siempre de sus favores, aun en medio de las posibles dudas, pues los pueblos de alrededor eran mucho más numerosos y poderosos, dando inicio a su epopeya de la forma más débil e insignificante, eligiendo apenas a un personaje que lo tenía todo para ser derrotado totalmente; de esa manera, en medio de la más clara debilidad, el Dios del amor hizo callar a todos esos pueblos, que tuvieron que hacer el reconocimiento de ese Dios poderoso que favorecía al pueblo más insignificante: "Hermanos: La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve. Por ella son recordados los antiguos. Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. Por fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas, y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios. Por la fe también Sara, siendo estéril, obtuvo 'vigor para concebir' cuando ya le había pasado la edad, porque consideró fiel al que se lo prometía. Y así, de un hombre, marcado ya por la muerte, nacieron hijos numerosos, como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas. Con fe murieron todos estos, sin haber recibido las promesas, sino viéndolas y saludándolas de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra. Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver. Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad. Por la fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac: ofreció a su hijo único, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: 'Isaac continuará tu descendencia'. Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar de entre los muertos, de donde en cierto sentido recobró a Isaac". La fe de Abraham, y en general, la de los primeros padres, fue el motor principal que los sostuvo en el camino que ofrecía Aquel que los había elegido y que no les podía fallar en su amor.

Aquello que vivieron los padres en esas épocas tempranas fue asumido por Jesús para que también sus seguidores lo asumieran como una realidad definitiva, que sería la normal en la experiencia del Reino definitivo que venía a implantar Jesús. La obra de Jesús será completada solo cuando ya toda la realidad esté en la línea de la presencia del Dios que ama y que salva. El mundo y el hombre serán mejores, llegarán a lo que deberán llegar y para lo que han sido creados, cuando se termine el periplo por el que deben pasar luego de recibir el perdón de sus culpas y acepten que la única verdad imperecedera es la del amor y la del abandono en las manos amorosas del Señor. Esa será la realidad final, la de la felicidad plena, para la cual hemos sido creados: "Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: 'Vamos a la otra orilla'. Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole: 'Maestro, ¿no te importa que perezcamos?' Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: '¡Silencio, enmudece! El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: '¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe?' Se llenaron de miedo y se decían unos a otros: '¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!'" Es el Dios que se hizo hombre para nuestro rescate, el que ha venido para hacer realidad ese Reino de amor y paz que será nuestra realidad definitiva en la que viviremos eternamente.

4 comentarios:

  1. Necesitamos de la Gracia de Dios para tener más Fe y no acobardarno, que descubramos su mano amorosa detras de todo, Jesús en ti confío☺️

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  2. Por tener fe, fue que nuestros primeros padres obtuvieron la aprobación de Dios.Por esa fe se abandonaron en las manos amorosas del Señor, esperando una realidad final, la de la felicidad plena para la cual hemos sido creados.

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  3. Por tener fe, fue que nuestros primeros padres obtuvieron la aprobación de Dios.Por esa fe se abandonaron en las manos amorosas del Señor, esperando una realidad final, la de la felicidad plena para la cual hemos sido creados.

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  4. Por tener fe, fue que nuestros primeros padres obtuvieron la aprobación de Dios.Por esa fe se abandonaron en las manos amorosas del Señor, esperando una realidad final, la de la felicidad plena para la cual hemos sido creados.

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