jueves, 21 de enero de 2021

El mejor sacrificio que ofrece Jesús es a sí mismo

 Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él» –  Reporte Católico Laico

Jesús ejerce el Sacerdocio perfecto. Es un sacerdocio que en realidad como institución no representa ninguna novedad en la relación del hombre con Dios, por cuanto desde el mismo origen de esa relación hubo siempre un puente que comunicaba al hombre con su Creador. Para el hombre no existía sorpresa en que Dios se pudiera comunicar con él por cuanto siempre surgió de en medio del pueblo algún personaje, sea juez, rey o profeta, que se convertía en la representación de Dios y el que le hacía llegar al pueblo la voluntad divina y los deseos de que se cumpliera su camino para avanzar en esa ruta hacia la plenitud a la que Dios mismo quería que se encaminara el hombre. Desde el mismo principio Dios dispuso que el camino del hombre fuera dirigido hacia la plenitud, pues para eso fue creado el hombre. Dios no quiere otra cosa para la humanidad, sino la plenitud de la felicidad, en la que transcurrirá en el futuro la eternidad que nunca se acabará. El rescate que ha venido a realizar el Dios que se ha hecho hombre no se trata solo por lo tanto de un perdón y de una misericordia infinitos, sino de atraer al hombre, incluso a aquel que voluntariamente se aleja de Aquel que solo quiere sus beneficios y lo colma de los dones de su amor. Incluso a aquellos que se dejan llevar por su egoísmo y su soberbia, pretendiendo con eso hacerse más que el mismísimo Creador por amor. La presencia del Mediador perfecto en la historia es, en cierto modo, continuidad de esa presencia perenne de Dios en la historia de Israel, elevada a la categoría superior, pues este nuevo Sacerdote, Jesús, ya no es solo un hombre que sirve de puente, sino que es el mismo Dios y hombre que es puente en sí mismo.

Jesús, como Sacerdote, ofrece su sacrificio para agradar a Dios. Ya no lo hace como los sacerdotes del Antiguo Testamento, que tenían que ofrecer sacrificios por sus propios pecados. Él es Dios que se ha hecho hombre, por lo que no tiene pecados. Pero sí ha asumido los pecados de toda la humanidad, y en su único sacrificio, sin ser culpable, se ofrece a sí mismo de una vez y para siempre, por lo que ya no es necesario ofrecer una vez más otro sacrificio. Lo ha hecho Jesús una vez y para siempre: "Hermanos: Jesús puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de Él, pues vive siempre para interceder a favor de ellos. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la ley hace sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidades. En cambio, la palabra del juramento, posterior a la ley, consagra al Hijo, perfecto para siempre. Esto es lo principal de todo el discurso: Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del trono de la Majestad en los cielos, y es ministro del Santuario y de la Tienda verdadera, construida por el Señor y no por un hombre. En efecto, todo sumo sacerdote está puesto para ofrecer dones y sacrificios; de ahí la necesidad de que también Jesús tenga algo que ofrecer. Ahora bien, si estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo otros que ofrecen los dones según la ley. Estos sacerdotes están al servicio de una figura y sombra de lo celeste, según el oráculo que recibió Moisés cuando iba a construir la Tienda: 'Mira', le dijo Dios, 'te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la montaña'. Mas ahora a Cristo le ha correspondido un ministerio tanto más excelente cuanto mejor es la alianza de la que es mediador: una alianza basada en promesas mejores". Con Jesús queda superado cualquier sacerdocio, por cuanto Él mismo es la presencia de Dios y del hombre en uno solo.

Y esa acción sacerdotal de Jesús se va haciendo cada vez más clara a medida que avanza en la realización del anuncio de la llegada del Reino. Dios ha tomado la humanidad ya definitivamente para si y todas sus acciones van encaminadas a convencer a cada hombre de que esa presencia es ya definitiva y que ya nunca más faltará. Él está físicamente en el mundo desde entonces y para siempre, y todas sus acciones irán encaminadas a convencer a todos de que Él representa al Padre que ama infinitamente al hombre y al mundo y que todo lo hará en función de que, por encima de todo, lo único que quiere para el hombre es colmarlo de sus beneficios: "En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: 'Tú eres el Hijo de Dios'. Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer". Era la apoteosis de la acción divina. Era la presencia de Dios en Jesús, que venía a convencer de que lo único que quiere es el beneficio total del hombre. Era la manera en la que Dios confirmaba su amor infinito por cada hombre y cada mujer de la historia.

4 comentarios:

  1. Jesus nos pide permiso para entrar a la barca de nuestra vida, Padre danos la gracia para saber reconocer lo que nos puede apartar de tu Gracias☺️

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  2. Jesús puede salvar a los que se acercan a Dios por medio de él, que es el Dios vivo físicamente,que vino sin pecados a interceder por nosotros, porque lo único que quiere, es el beneficio total del hombre.

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  3. Jesús puede salvar a los que se acercan a Dios por medio de él, que es el Dios vivo físicamente,que vino sin pecados a interceder por nosotros, porque lo único que quiere, es el beneficio total del hombre.

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  4. Jesús puede salvar a los que se acercan a Dios por medio de él, que es el Dios vivo físicamente,que vino sin pecados a interceder por nosotros, porque lo único que quiere, es el beneficio total del hombre.

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