martes, 20 de agosto de 2019

¿Reclamarle a Dios?

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El libro de los Jueces nos presenta la vocación de Gedeón, el Juez, y lo hace de una manera muy curiosa. Lejos de sentirse abismado por la experiencia del encuentro maravilloso con el Ángel del Señor, Gedeón, quien recibe su visita y escucha un saludo muy cordial de parte del ángel -El Señor está contigo, valiente-, se planta delante del ángel y hace un reclamo muy sentido: -Perdón, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha venido encima todo esto? ¿Dónde han quedado aquellos prodigios que nos contaban nuestros padres? ... La verdad es que ahora el Señor nos ha desamparado y nos ha entregado a los madianitas". En el diálogo que sigue, el ángel le asegura a Gedeón y al pueblo el favor de Dios, a pesar de las palabras de Gedeón que denotan rebeldía e inconformidad.

Lo que más llama la atención es el "atrevimiento" con el que se dirige Gedeón a Dios. Normalmente pensamos que a Dios debemos siempre tratarlo con extremo respeto y consideración. Y realmente así debe ser. De ninguna manera podemos tratar a Dios como "un igual". Si nos dirigimos a Él debemos tener siempre en la mente y en el corazón su Omnipotencia, su absoluta Trascendencia, su Infinitud sin igual, su Omnisciencia. Debemos hacer uso del conocimiento que tengamos de su infinito amor por nosotros y de su providencia y generosidad eternas. Dios se ha puesto de nuestro lado en toda ocasión, y lo hace incluso cuando tenemos la sensación de un abandono doloroso. Por eso, puede aparentar ser injusto "reclamarle" a quien sabemos nos ama más de lo que nos amamos nosotros mismos y que está siempre, sin excepciones, a favor nuestro.

Tendríamos que ver, entonces, la reacción de Gedeón con una óptica distinta a la normal. Gedeón es un miembro fiel del pueblo elegido de Israel. Su conciencia está invadida por la convicción de que Dios jamás ha abandonado a su pueblo. Y que, por el contrario, ha sido siempre testigo de la cantidad de maravillas que continuamente ha realizado a su favor. Con esa conciencia es que Gedeón se dirige al ángel, que en definitiva, es a Dios mismo. Es un hijo fiel de Israel que conoce perfectamente a Dios y sabe que nunca les ha fallado. Y que espera que ese favor de Dios jamás se aparte de ellos y nunca tarde en llegar. Lo que motiva a Gedeón es la confianza que tiene en el Dios de Israel, es el amor del que está convencido que Dios les tiene, y el amor con el que él quiere siempre dirigirse a su Dios, como lo hace un hijo con su papá. De ninguna manera se puede entender este gesto como un irrespeto a la figura maravillosa de Dios de parte de Gedeón. El reclamo es un reclamo al amor. Es un reclamo al poder demostrado siempre anteriormente. Es un reclamo de un hijo a su padre, pues considera que puede hacer algo que no ha hecho hasta ahora, habiéndolo podido hacer, pues así lo ha demostrado. Gedeón es un hijo fiel, amoroso, transparente, sin rebuscamientos ni ocultamientos, que tiene una confianza infinita en su padre Dios, y se dirige a Él con la familiaridad que se espera en alguien como él.

Nosotros podemos aprender de esta conducta de Gedeón. Si sentimos que Dios no está actuando, si tenemos la sensación de que nos ha abandonado, podemos hacerle el "reclamo". Pienso incluso que a Dios puede agradarle que lo hagamos, pues denotaría la confianza, el amor y la familiaridad con que lo consideramos. Estaríamos confesando nuestra gran cercanía con Él. Jamás pensemos que le podríamos estar faltando el respeto. No es más que una manera distinta de dirigirse a nuestro Padre Dios. Leamos los salmos y en muchos de ellos podemos encontrar al salmista en una actitud similar: "¿Por qué, Señor, nos has abandonado?" "¿Hasta cuándo, Señor, estarás lejos de nosotros?" "¿Cómo es posible, Señor, que ganen los malos?"...

Lo que sí debemos hacer siempre es revisarnos para constatar desde dónde podemos estar haciendo nuestra oración. Nunca debe ser hecha desde el resentimiento, desde la ira, desde el chantaje hacia Dios. Nuestra actitud debe ser siempre la del hijo con su papá. Una actitud de confianza, de seguridad en su amor y en su providencia, desde el amor que sentimos por Él. Si lo amamos, si sabemos quién es nuestro Dios, sabemos bien todo lo que puede hacer en nuestro favor. Y es a eso a lo que recurrimos. Nos sabemos hijos amados y consentidos del Dios todopoderoso y providente. Y por eso confiamos en que su mano siempre estará a favor de nosotros...

6 comentarios:

  1. Que gran amor de Gedeón a Dios, digno de seguir su ejemplo

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  2. Es la confianza y el amor a Dios que debemos tener todos a seguir 😍

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  3. Es la confianza y el amor a Dios que debemos tener y seguir como ejemplo

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  4. Gracias Padre Ramón. Por compartir el encuentro de Gedeón con el Angel del Señor, en cuyo diálogo nos muestra el amor de Padre - hijo.

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