martes, 1 de junio de 2021

Al final, todo es de Dios y a Él retornará

 Marcos 12, 13-17: Den Al César Lo Que Es Del César, Y A Dios Lo Que Es De  Dios – Boosco.org

Querer hacer caer a Dios en una trampa es de una ingenuidad supina. El que es la Sabiduría por esencia, el que es omnisciente, por lo que tiene la plenitud de los conocimientos, jamás dejará de ser sabio y siempre estará por encima de la simple sabiduría humana, de la cual, por demás, es el autor. De esa Sabiduría surge todo lo que existe, en una demostración que se expresa también en su poder. Y por encima de todo, que se expresa en un amor que lo define por esencia, por lo cual ninguna de sus cualidades deja de estar llena de ese amor que es esencial. Dios es sabio, es poderoso, es creador y nos rescata siempre desde el amor. No deja de actuar desde él, pues en el amor está sustentado su ser. En su intimidad más profunda, desde toda la eternidad, su única experiencia vital era la del amor. Aquella Trinidad Santísima que existe desde siempre, existe en el amor. Y todo lo que existe desde la creación de todo lo que no es Él, por su designio, no existe fuera de lo que lo mueve. Al ser esencialmente amor, todo lo hace por amor. Es como si tuviéramos que afirmar que Dios necesita amar para demostrar su existencia. Se amaba a sí mismo en la intimidad de su vida eterna y, al crear el mundo, y en él al hombre, necesariamente todo existe por esa misma esencia, que al ser inmutable en Él, obligatoriamente debía seguir siendo amada para poder seguir existiendo. La existencia de todo es una "explosión" de amor dentro de Dios que lo comprometía con lo que había surgido de sus manos sabias, poderosas y amorosas. Por ello, en la intimidad de nuestros corazones, el único sentimiento que debe surgir espontáneo debería ser el del agradecimiento, fruto de la conciencia más clara de la única motivación que le da sentido a nuestra existencia, que es la del amor. Las ocasiones que se nos presentan ante la posibilidad de la traición a ese amor infinito deberían ser inmediatamente rechazadas.

La fidelidad al servicio divino en toda ocasión debe ser el norte de nuestra vida. Ninguna de la experiencias que podemos vivir son suficientes para alejarnos de ese amor. Ciertamente en la vida de los hombres se presentarán ocasiones que nos tentarán a sentir que Dios se aleja de nosotros, en las que el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la persecución por nuestra fidelidad, pueden crear el pesimismo de la soledad. Esto es lo más lejos de la realidad, pues quien nos creó para ser felices, jamás puede dejarnos solos en nuestras ocasiones de oscuridad. No es que nos vaya a resolver los problemas, pues esa no es su manera natural de proceder. Miente quien dice que estar cercanos a Dios es la manera de vivir con la solución a la mano de todas las dificultades que se presenten a los hombres. Como si fuera un seguro contra tragedias, y Dios llegara ser una especie de talismán contra todos los males. Es la experiencia de la mayoría de los que quieren ser fieles a Dios y lo son en su vida cotidiana. De ser así, no habría ningún sufrimiento en el mundo, no habría enfermedades, no habría persecución religiosa, no habría humillación de los hombres por parte de sus hermanos, no habría pobreza injusta, no habría atentados contra la vida. Dios habitualmente no ofrece inmunidad contra los males. Lo que sí promete es su compañía, su fortaleza, su valentía para afrontar los males. Nunca nos deja solos, pues es nuestro Padre amoroso. La presencia de Jesús en nuestra vida es la confirmación de ello. Él mismo nos vaticina los tiempos difíciles que podremos vivir, pero se coloca en medio del camino para ser el alivio y el consuelo: "Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, que yo los aliviaré". Ahí está con las manos tendidas hacia nosotros, pues nos ama más de lo que nosotros mismos nos amamos, y quiere nuestro bien. Tanto llegó a cumplir su ofrecimiento, que fue quien murió en la Cruz, en vez de nosotros, que éramos los que teníamos que morir. Añadido a esto, quienes a fuerza de alejarse de Dios por una sensación de abandono de parte de su amor, podemos cometer la mayor imprudencia, pues perdemos el respaldo de ese que es el único que fortalece y está ahí incondicionalmente, ofreciendo su amor y su fuerza. Preferir quedarse solos en medio del sufrimiento, pudiendo acercarse a Aquél que puede ser el único apoyo, el único consuelo y la única fuerza, es una torpeza mayúscula. La fidelidad a Dios, en medio del tormento, es muchísimo más gratificante y compensa lo que pueden ser los reclamos que nos hagan por ser fieles. Así lo vivió Tobías ante su desgracia. En vez de oponerse a Dios, mantuvo su fidelidad por encima de los reclamos que se le hacían: "Un día, el siete de marzo, (mi mujer) terminó una pieza de tela y la entregó a los clientes. Estos, además de darle toda la paga, le regalaron un cabrito. Cuando ella entró en casa, el cabrito se puso a balar. Yo entonces llamé a mi mujer y le pregunté: '¿De dónde ha salido ese cabrito? ¿No será robado? Devuélveselo a su dueño. No podemos comer cosas robadas'. Ella me aseguró: 'Es un regalo que me han hecho además de pagarme'. No la creí y, avergonzado por su comportamiento, insistí en que se lo devolviera a su dueño. Entonces ella me replicó: '¿Dónde están tus limosnas y buenas obras? Ya ves de qué te han servido'".

Es la fidelidad que Jesús quiere de todos sus seguidores. Nada puede haber por encima de ello, a pesar de que haya voces que quieran hacernos creer los que atacan nuestra fidelidad, queriendo hacernos sucumbir a lo que sería "políticamente correcto". A Jesús le ponen una trampa para intentar hacerlo resbalar. Pero su Sabiduría, infinitamente mayor que la de la simple humanidad inteligente, da la clave de todo. Todo es de Dios. Todo está en sus manos. Él confía al hombre la administración de los bienes, por lo cual es legítimo que el hombre, como administrador de todos los bienes, usufructúe de ellos. Pero no en el sentido que quieren dar los manipuladores, sino en el sentido del respeto mutuo que tiene que haber entre el orden espiritual y en el orden social o político. Lo deja claro en su respuesta ante la pregunta hecha con mala intención y con sorna. Y, en definitiva, al ser todo de Dios, incluso el impuesto pagado al César, esos bienes también retornan a Dios, pues el hombre es un simple administrador. Solo se le exige fidelidad, transparencia y honestidad: "Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?' Adivinando su hipocresía, les replicó: '¿Por qué me tientan? Tráiganme un denario, que lo vea. Se lo trajeron. Y Él les preguntó: '¿De quién es esta imagen y esta inscripción?' Le contestaron: 'Del César'. Jesús les replicó: 'Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios'. Y se quedaron admirados". Jesús, en su sabiduría y en su amor por todos, quiere que todos sean fieles. No quiere que se pierda uno solo de los que ha venido a rescatar. Y tiende la mano a todos, para que se tomen de ella y se dejen conducir por el camino de la fidelidad y del amor. Es nuestro Dios de amor que nos ama infinitamente y quiere que todos estemos, finalmente, y para toda la eternidad, viviendo la alegría de su amor, a su lado.

5 comentarios:

  1. En este evangelio debemos preguntarnos qué esta permitido hacer al hombre, el bien o el mal? Sepamos pues corresponder a la gracia de su Amor☺️

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  2. SEÑOR JESÚS TU ERES LA ESENCIA VIVA en nuestra vida... Porque si tu nos faltas no somos nada, tiendenos tus MANOS Y DANOS LA FUERZAY AUMENTA FÉ AMÉN.


    Padre Ramón y Padre Matías buenos días un abrazo grande para los do🇦🇼🙏😇🙏

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  3. Señor, haz que veamos en ésta reflexión, nuestros realidad cotidiana con los ojos de la fe.

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  4. Señor, haz que veamos en ésta reflexión, nuestros realidad cotidiana con los ojos de la fe.

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  5. Señor, haz que veamos en ésta reflexión, nuestros realidad cotidiana con los ojos de la fe.

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