En general, cuando hablamos de perdón, el común de la gente lo categoriza como un gesto que se basa solo en un acto entrañable, sentimental, que se concede en una especie de "debilidad" no necesariamente negativa, sino alcanzada en el corazón de quien perdona por un acto de misericordia movido por no hacer simplemente lo que la justicia exigiría...
El perdón es, sin duda, un acto del amor. Jamás perdonará quien no ama. El que no ama lo máximo que puede tener es una compasión "generosa" que se basaría sólo en no dejar que el poder que posee "aplaste" al penitente. Es casi un gesto que hay que agradecer, pues no se habría aplicado la justicia que arrasaría al que hubiera cometido un delito...
Ambos movimientos, el del perdón sólo sentimental y el del perdón sólo como concesión de dominio del propio poder, son, sin duda, componentes del perdón en general. Quien perdona, o se deja llevar por un sentimiento de afecto profundo hacia el penitente o deja a un lado las implicaciones que hubiera tenido la falta cometida, dejando a un lado la aplicación del poder para aplicar el castigo merecido...
En Dios, estos movimientos existen, pero en un sentido muy diverso a esta aplicación lógica del razonamiento humano... El perdón que Dios aplica se basa, sí, en un movimiento de su afecto profundo por sus criaturas predilectas. Ese afecto es el amor más alto y puro que se pueda uno imaginar. Se trata de estar incrustados en el corazón de Dios tan profundamente, que al haber sido creados hemos quedado allí establecidos para siempre. Él es el amigo más íntimo del hombre, que lo ha creado, lo sostiene, lo protege, lo anima, lo ilusiona, lo guía y lo espera para tenerlo eternamente con Él... De tal manera es ese amor de Dios por el hombre, que el profeta para ejemplarizarlo usa el modelo de la madre que nunca dejará de cuidar a su hijo pequeño: "¿Es que acaso puede una madre olvidarse de su niño de pecho? Pues, aunque ella se olvidara, Yo jamás te olvidaré". Estamos tatuados en las palmas de las manos de Dios, por lo cual nunca dejaremos de estar delante de Él.
También el movimiento de dominio de su propio poder es característico del perdón que Dios concede. Muchas veces en las Escrituras hemos leído cómo Dios ha dominado su ira, ha frenado su deseo de venganza, ha dejado sin efecto el castigo que se merece una infidelidad, simplemente dominando su poder. Si Él dejara que ese poder se manifestara plenamente, muchas veces los hombres habríamos sufrido verdaderas tragedias. Ciertamente es una manera muy "humanizada" de describir a Dios, dejándose llevar fácilmente por pasiones que son típicamente humanas, no divinas. Lo que los autores quieren destacar en este sentido es que Dios no hubiese cometido ninguna injusticia si hubiera dejado andar un escarmiento que educara a quien ha cometido la falta...
Pero lo más grande que existe en el perdón de Dios, lo que es más de destacar, se puede describir con esta frase: "Te compadeces de todos, porque todo lo puedes... Amigo de la vida"... Es la descripción perfecta del perdón que Dios da... Dios ama todo lo que ha creado. "Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho". Si Dios hubiera odiado algo, no lo habría creado. Al existir todo lo que existe, se da la demostración más evidente del amor de Dios. Y ese amor, por supuesto, es mayor por aquel al que le ha concedido la libertad incluso de ponerse de espaldas a Él... El perdón no es, por lo tanto, una demostración de una "debilidad" de Dios, sino una consecuencia lógica de ese amor preferencial por quien está en el escalón más alto de su amor, el hombre, hecho a su imagen y semejanza, partícipe de su naturaleza espiritual, capaz de amar como Él, libre plenamente... Dios es amigo de la vida: "A todos perdonas porque son tuyos, amigo de la vida". Al haber vida, hay frescura, hay lozanía. Y esa frescura y lozanía se basan en la relación de armonía que existe entre Dios y lo creado. Dios quiere mantener siempre ese clima, y por eso, pone el remedio para que así sea. La ausencia de perdón en Dios pondría en la creación un clima de pesadez, de tinieblas, que en nada hablaría de esa belleza de la vida que debe haber...
Y aún más... El perdón en Dios no es sólo movimiento natural y consecuencia de su amor por el hombre, sino clara demostración de su poder... Si, como hemos dicho, algunos pueden entender el perdón como una manera de "dominar" el propio poder para no dar el castigo merecido, en una especie de concesión graciosa de quien lo tiene, en Dios se da la paradoja de que el perdón lo da precisamente porque es infinitamente poderoso. Dios no "domina" su poder para poder perdonar, sino que deja que su poder se exprese plenamente cuando perdona. Perdona porque es infinitamente poderoso. El perdón es algo natural del Todopoderoso... Y es que amor y poder en Dios no pueden estar desvinculados. Por amor, el Todopoderoso pudo crear todo lo que existe, colocando en el centro al hombre. Por su infinito poder, Dios-Amor es capaz de sostener en Él, en su providencia eterna, en su protección continua, todo lo que ha creado, en primer lugar, al hombre, objeto de todas sus complacencias...
En efecto, el que Dios sea infinitamente poderoso y se describa en lo que su esencia más profunda, el amor, es lo mejor que podemos tener los hombres a nuestro favor... Porque nos ama, nos perdonará siempre... Y porque es todopoderoso, jamás dejará de perdonarnos. Su amor todopoderoso es una fuerza en favor del hombre. Ama la vida, ama al hombre, y por eso perdona sus faltas, esperando siempre su conversión y su acercamiento, para que definitivamente llegue a habitar en su corazón, el sitio que le tiene reservado desde la eternidad... Es todopoderoso, y por eso siempre tendrá a la mano el remedio que se necesite para enderezar los entuertos que el mismo hombre ponga en su vida, sin impedir nunca que ese poder infinito se exprese... Nos ama y por eso nos perdona siempre y enfrenta cualquier fuerza negativa. Es poderoso y por eso nos perdona reparando los daños que causamos... Lo mejor que nos puede haber pasado es haber sido creados en el amor. Haber sido creados por el que es infinitamente poderoso. Nos ama y tiene todo el poder. Nos perdona y nunca dejará de expresar su amor y su poder a favor nuestro...
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