El mensaje del Evangelio puede prestarse para muchos a entender la vida de los cristianos como un llamado a ser tontos. Las cosas que pide Jesús para que seamos buenos discípulos suyos, a muchos le saben a llamados a perder la personalidad, a dejarse perjudicar por cualquiera, a deponer siempre la propia voluntad, sea la que sea, para vivir sólo en función de lo que digan o hagan los demás... Es cierto que Jesús nos pide que pongamos por encima de todo al amor. En nuestras relaciones humanas no debe haber otra norma que esa. Por eso debemos estar siempre bien dispuestos a a la ayuda a los hermanos, al perdón, a la caridad, al asumir sufrimientos y dolores en función de la paz, de la misericordia, de la concordia... Pero esto no contradice para nada el que Jesús quiera a su lado hombres y mujeres valientes, bien dispuestos a la lucha por imponer la justicia, por oponerse a lo malo del mundo con todas las fuerzas, por no callar ante lo que haya que denunciar y enfrentar por ser injusto y dañino para el hombre. El mensaje de Jesús es pacifista, sobre todo en lo que se refiere a la convivencia en situaciones límite, pero no es un llamado a callar ante lo injusto. Él mismo jamás lo hizo...
Jesús invitó a los hombres a poner la otra mejilla cuando fuéramos golpeados, pero también reclamó al soldado cuando le pegó en un momento de su pasión. "Si he dicho algo malo, está bien que me pegues. Pero si nos es así, ¿por qué me pegas?" El poner la otra mejilla no significa hacerse la vista gorda. Jesús pide cuentas al que le ha pegado. Esto significa que la comisión de una injusticia no debe quedar sin reclamo ni sin ser enfrentada... El mensaje evangélico quedaría en el vacío si sólo pidiera cerrar los ojos ante lo malo. No es así. Sería desvirtuar y vaciar totalmente de contenido el mensaje del amor. Ese amor que es el centro del mensaje de Jesús busca el bien. Y buscar el bien significa e implica el enfrentamiento y la anulación del mal. Y en esa lucha habrá momentos en los que el litigio puede llegar a ser feroz...
Si repasamos bien los textos evangélicos, Jesús hace una invitación expresa a "ser mansos como palomas, pero astutos como serpientes". Esa astucia es una invitación clarísima a dejar el ser tontos a un lado. Y no se trata de una astucia maliciosa, como generalmente la entendemos en nuestras mentes maquinadoras, sino a una astucia puesta a favor del bien. También el amor es astuto y debe apuntar al bien con esa misma astucia... De lo contrario, como dice Jesús, "los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz", y así ganarán todas las batallas... En el caso del administrador infiel, Jesús no alaba la infidelidad que comete, sino la astucia con la que actúa para lograr el bien para sí mismo. De ninguna manera está bien que no haya cumplido correctamente con su trabajo. Ni siquiera está bien lo que hace para salvar el pellejo, pues estaría disponiendo de bienes que no son suyos, para ganarse la amistad de los deudores del amo, que podrán luego servirle de apoyo en su situación de necesidad... Ellos son beneficiados de algo que en sí mismo es malo, pero que para ellos, al final, se ha convertido en un bien...
Pero es que esta no es la única vez que Jesús nos invita a actuar con astucia. Cuando habla de las vírgenes prudentes, nos dice que debemos actuar con astucia, no dejando que se nos acabe el aceite, sino teniendo una buena cantidad en depósito para cuando lo necesitemos y no pasar apuros... Cuando nos habla de aquel al que le van a hacer juicio, nos recomienda adelantarnos a hablar con quien denuncia para llegar a acuerdos previos, evitando así perder y ser metido en la cárcel hasta que hayamos pagado... Cuando nos habla del jefe que debe enfrentar a un ejército doblemente poderoso que el propio, nos dice que debemos negociar una paz que conviene más que la derrota. Cuando nos habla del juez que es importunado repetidamente por la viuda, nos dice que debemos atender esos ruegos para que no nos llegue a pegar la viuda... Son todas cosas recomendadas por el miso Jesús. Junto a la invitación a vivir en el amor, en la paz, en el perdón a toda costa, está el mensaje a no dejarse pisar por nadie, a no ser tontos, a avanzar en la inteligencia de vida que es condición indispensable para poder vivir en un mundo que quiere llevarse a cualquiera por delante...
Se equivoca quien piensa que Jesús quiere cristianos tontos, callados, sufrientes, sólo dispuestos a asumir los sacrificios, de cualquier signo, que se le presenten. No es falso que nos pide sobrecogernos ante lo que nos exija el amor. Y hacerlo a toda costa. Esa invitación está, sin duda. Pero no contradice en nada a la petición que nos hace a no dejarnos montar la pata en aras de una verdadera justicia. Esto apunta a una manera más viva de anunciar el Evangelio, aprovechando todas las ocasiones que se presenten... Llevando al extremo esta afirmación, podríamos pensar que se enlaza perfectamente con la llamada que nos hizo el Papa Beato Juan Pablo II ante la llegada del Tercer Milenio del cristianismo, a realizar una "Nueva Evangelización", que fuera nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión... Se trata de que nuestro mensaje no suene a viejo, a pasivismo, a rancio... Sino de que sea plenamente vigente. Y para ello, debe ser utilizada la astucia que hará que la Iglesia y que cada cristiano utilice las mismas armas que usa el mundo para hacer llegar el Evangelio a todos... Tiene mucho sentido ir al mismo ritmo del mundo, para que el mensaje les llegue a tiempo. Por no haber sido astutos a tiempo, hemos perdido muchas batallas. No podemos seguir permitiéndolo... O nos hacemos cristianos del siglo XXI y luchamos por ir al mismo ritmo que va el mundo, o Cristo va a pasar a ser un gran desconocido, o peor, despreciado por obsoleto...
De ninguna manera nos entendamos nosotros mismos como tontos... Nada más lejos que eso en la vida del cristiano. Sólo asumir el estilo de vida del cristiano en un mundo en el que el mensaje del amor suena a lenguaje desaparecido, ya es signo de heroísmo. No es tonto quien se decide a amar y a vivir según lo que ese amor exige. Es, realmente, un héroe. Quienes nos critican por vivir así, tildándonos de bobos, deberían asumir el reto de vivir así, a ver si aguantan... No les deparo muchos éxitos en el futuro... Pero, más allá, del heroísmo que implica vivir en cristiano en un mundo que va por rutas muy distintas, Cristo nos invita a mantenernos en la astucia siempre. A actuar en función de asumir caminos asequibles para poder llegar más fácilmente a todos, para poder acceder al bien con mayor ligereza e igualmente poderlo hacer llegar a los demás... No dejemos de aceptar esta invitación de Jesús. Y entendamos nuestra vida cristiana como un reto atractivo, el más atractivo que podemos asumir para ser verdaderos héroes en un mundo que nos quiere echar a un lado...
Que visión tan valiente del cristiano del siglo XXI! Una visión renovada con la cual me mueve a la acción reponsable como cristiano comprometido.
ResponderBorrarEs un grito de Dios en donde nos exige vivir con valentia el verdadero amor y es que el amor nace de una profunda entrega y la justicia es un acto de amor.
Gracias Padre... mas que una lectura este es una declaración de independencia!!!
¡Gracias Reinaldo! La verdad es que es necesario sacudirnos de esa visión sumisa, tonta, del cristianismo. No se trata de no vivir en el amor, sino de hacerlo inteligentemente, según lo que nos exige el mundo de hoy... Dale mis saludos a tu familia. Dios te bendiga
BorrarHe tenido la fortuna de encontrarme con sus reflexiones muy profundas que me llegan al corazón. Con su lenguaje fácil, ameno y lleno de ejemplos y expresiones biblicas, nos permite comprender muchas cosas de la palabra de Dios y nos motiva a conocer mas y mas sobre la manera de vivir y actuar en el mundo de los hijos de la luz. Tiene razón cuando dice que debemos reclamar justicia ante la maldad sin responder de la misma manera, solo con la astucia del amor.
ResponderBorrarMuchas gracias Marco... Así es... Nuestra fe es más sencilla y hermosa de lo que muchos suponen. Basta que nos pongamos en la misma línea del corazón de Dios, tratando de vivirlo y de asumirlo responsablemente, para percibir todas las compensaciones que tiene... De nuevo, gracias por tu comentario. Saludos a tu familia. Dios te bendiga
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