Desde que Luzbel se rebeló a Dios y se enfrentó a Él en aquella épica batalla angelical contra el ejército de Dios, liderado por Miguel, habiendo sido vencido y expulsado de su presencia, se plantea en la historia la guerra del mal contra el bien. Apenas tuvo la oportunidad, después de la creación del universo, y en él, del hombre, apareció para obnubilar al hombre y a la mujer y ponerlos también a ellos contra el Creador, haciendo que le dieran la espalda y prefirieran servirse a sí mismos, en el colmo del egoísmo, de la soberbia y de la vanidad, actitudes típicamente demoníacas, pretendiendo ser ellos mismos dioses que no dependieran ni sirvieran a uno mayor. En esa oportunidad el mal conquistó el corazón del hombre y con ello empezó la mayor tragedia para toda la humanidad, pues expulsó a Dios de su vida y atrajo para sí la desgracia de la ausencia del amor y de la esperanza de eternidad feliz. Sin embargo, el Dios todopoderoso y amoroso diseñó el plan de rescate de su criatura amada, lo puso en marcha inmediatamente y lo concretó tendiendo la mano al hombre a través de acciones y prodigios realizados por enviados que cumplían la misión de procurar un nuevo acercamiento al Dios del amor. Algunos hombres se percataron de su error y aceptaron esa mano tendida de Dios y se acogieron a ella. A pesar de las desgracias que sufría el pueblo, entendían que ellas eran fruto precisamente de esa lejanía que experimentaban por el servicio al mal que habían decidido. Y se convirtieron en ese resto fiel que servía de reclamo amoroso del Dios que los quería de nuevo a todos junto a Él. Y por eso, a pesar del rechazo de otros, Él seguía insistiendo una y otra vez, pues el amor es perseverante y no se cansa. La infidelidad del pueblo persistía y por ello seguían ganándose ellos mismos las desgracias que les venían.
La maldad provocada por el alejamiento del hombre hiere al amor y hace que se profundice la desgracia que se yergue sobre la humanidad. Dios quiere que el mismo hombre se haga consciente de ello y por eso sigue tendiendo la mano y envía sus emisarios que anuncian la superioridad de la vida cuando se está con Él, la experiencia inefable del amor y de la fraternidad, la compensación infinita que se tiene cuando la vida se desarrolla junto a Dios y en armonía con los hermanos: "Esto dice el Señor: 'Esta fue la orden que di a mi pueblo: 'Escuchen mi voz, Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo. Sigan el camino que les señalo, y todo les irá bien'. Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón. Me dieron la espalda y no la cara. Desde que salieron sus padres de Egipto hasta hoy, les envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso. Al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres. Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aun así les dirás: 'Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca'". La obstinación de los malos es extrema y los mantiene en su decisión de servir al mal, en contra de las evidencias de su propia frustración al saberse lejos de Dios y de su amor. La vida, así, se convierte en la zozobra de la lucha por mantener la hegemonía, por procurarse los placeres mayores, por luchar por obtener bienes bajo cualquier método, por alcanzar una fama que los coloque por encima de todos. La experiencia de la alegría huye de la propia vida. Mucho más la del amor, pues el hombre se convierte en amante de sí mismo, sin tener de ninguna manera alguna compensación. Esta frenética carrera por satisfacerse a sí mismo no deja más que cansancio. Es urgente que llegue el momento en que el mismo hombre caiga en la cuenta de su absurdo y se decida por emprender una ruta diversa en la que sí encuentre las compensaciones espirituales que son esenciales para su felicidad.
Los servidores del mal pretenden aplicar los mismos criterios de acción a todos. Aquella guerra del inicio sigue planteada en los mismos términos. Así como fueron conquistados Adán y Eva, el demonio quiere seguir conquistando hombres y mujeres para él. Pero providencialmente también están los que no se dejan embaucar por sus cantos de sirena y saben que el camino de la verdadera felicidad nunca podrá ser el que aleje de Dios y de su amor. La guerra sigue vigente. Por eso el mal se atreve incluso a retar a Jesús: "En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo. Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: 'Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios'. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo". Él, con el mejor de los tinos, refuta estos pensamientos y pone las cosas en el orden que deben estar: "Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, los hijos de ustedes, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes". Satanás es vencido por Jesús en esa ocasión, y lo será siempre. Jesús ha venido a establecer la novedad del Reino de Dios en el mundo. Sus obras van anunciado la victoria del bien y la derrota definitiva del mal. Quien se alinee con el mal, será vencido y perderá la posibilidad de la felicidad eterna y de la experiencia inacabable del amor. Quien en esta guerra del mal contra el bien, se coloque del lado del bien, tendrá la mejor ganancia, pues obtendrá la plenitud de la vida y del amor y será feliz en su vida actual y para toda la eternidad.
Padre Santo, tú estás siempre con nosotros danos la gracia de nunca olvidar que tu eres todopoderoso, háznos fíeles a tu amistad😉
ResponderBorrarEl mal no tiene la última palabra de la historia... 🙌🙏🛐
ResponderBorrarJesús lo dijo una vez, quien se alinee con el mal será vencido y perderá la experiencia de la felicidad eterna y de conocer el amor de Dios y entre humanos..
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